Observo el vaho que produce mi aliento mientras espero el autobús. El otoño está golpeando fuerte este año y hace un frío que pela. El autobús llega y la gente se pone en fila para subir. Rebusco en mi bolsillo el ticket y se me acaba cayendo al suelo. Suspiro y me agacho para cogerlo y es entonces es cuando la veo.
Una chica de cabellos naranjas y rizados ríe como un niño pequeño en medio de la calle. Está moviéndose de un lado a otro dándole patadas a los montones de hojas marrones que hay en el suelo. Fijándome un poco más me doy cuenta de que está bailando, dejándose guiar por el viento. Me quedo realmente sobrecogido ante tanta felicidad.
-Eh, chaval, ¿subes o qué?
El conductor me pone los pies de nuevo en la tierra. Subo al autobús y me siento al lado de la ventana, para poder seguir contemplándola.
AND I LOVE HER
